Hacer preguntas reflexivas para fomentar la introspección, establecer límites sanos y evitar ataques o enfrentamientos de egos, entre otras cosas, puede hacer que hasta el orgullo más inflado sea devuelto a la tierra. Hay un dicho: “Algunos miramos las estrellas y la luna desde abajo, otros creen estar arriba acompañándolas, y otros ni las miran”. Y en todos estos casos el ego desempeña un papel fundamental. El término ego proviene del latín y significa yo, una palabra que se usa no solo para referirse a los procesos psicológicos de una persona, sino que también se incluye en otros conceptos de la mente humana empleados en el campo de la psiquiatría o el psicoanálisis como es el superego o superyó, el egocentrismo o el egotismo. “Se dice que una persona comienza a dejarse dominar por su ego cuando solo mira hacia los instintos de su ello, es decir, cuando alguien solo hace caso de sus deseos más primarios no existe un equilibrio, por lo que el ego y el ser entran en un enfrentamiento que puede causar conflictos en la mente, y con otras personas”, describe Bárbara Bravo, psicóloga clínica especialista en psicoterapia psicoanalítica y fundadora de Bárbara Bravo Psicólogos. Como dijo el filósofo William George Ward, “el pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas”. Así lo cree Marta Guerri, psicóloga experta en terapia de la conducta y la salud, quien expone que, si bien las actitudes de las personas no se pueden controlar ni transformar, sí se pueden hacer intervenciones en ellas, para ayudar a resolver situaciones cotidianas incómodas o dolorosas. “Como regla de oro, nunca se intentará bajarle los humos al egocéntrico o al narcisista. No se puede modificar la forma de ser de alguien, pero sí podemos intervenir en las conductas, ya que una persona egocéntrica puede llegar con el tiempo a desarrollar un trastorno narcisista”. Esta experta recomienda estimular cualquier interacción incómoda y conducirla hacia la autorreflexión. “Le puedes explicar cómo su ego te afecta, y en lugar de criticar su carácter, comentarle los efectos que tiene en ti, por ejemplo: ‘Me duele cuando me hablas o actúas de esta u otra forma’. Siempre es mejor mantener el enfoque en el impacto que producen sus palabras que atacar a su ego directamente”, recomienda. Por su parte, Sara Sanchís, psicóloga especializada en desarrollo personal, aconseja no etiquetarlos ni juzgarlos. “De primeras, se recomienda tener paciencia y mantenerse benévolo con este tipo de perfiles para evitar caer en juicios. Se debe comprender por qué actúa así y, para ello, debemos tomarnos la molestia de conocer a la persona un poco más”, explica. Según esta psicóloga, si surge un interés genuino de profundizar en la relación, se puede contribuir a que la persona comprenda algunas de las motivaciones detrás de sus actos, como podría ser, por ejemplo, una infancia complicada. “A partir de conocer su historial, se puede hacerle ver la inconveniencia de sus acciones o actitudes, y se le puede mostrar las desventajas de su comportamiento, como la pérdida de amigos y familiares o la dificultad de mantener relaciones verdaderas”, continúa. Y es que lidiar a diario con este tipo de perfiles llega a agotar psicológicamente tanto al ególatra como a otras personas solo por el hecho de permanecer en un estado constante de alerta. “Al final, en temas de ego, es conveniente para todos respirar antes de contestar, evitar los juicios y los pensamientos negativos, adoptar una escucha activa e intentar ser lo más asertivo posible”, añade Sanchís. Por su parte, Alejandro Sanz Giancola, psiquiatra en el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, declara cómo las relaciones con los progenitores en las primeras etapas del desarrollo influyen en un egocéntrico. “Condicionarán nuestra autoestima, la capacidad de confiar en los demás o la posibilidad de autorregularnos emocionalmente ante situaciones estresantes. Así que cuanto más débiles sean estas construcciones, más necesidad tendrá la persona de crear una autoimagen grandiosa y defensiva”, expresa. Este experto recomienda psicoterapia porque puede ayudar al egocéntrico a tener la capacidad de detectar los sentimientos y pensamientos tanto propios como de los demás. “En la vida cotidiana se podrían utilizar fórmulas del tipo: ‘Yo imagino, yo siento, yo creo…’ o desde mi experiencia, desde mi perspectiva, pero en ningún caso mostrarse categórico o intentar herir la autoconsideración del otro”, describe. De hecho, la investigación Factores que amplifican y atenúan la mentalidad egocéntrica, publicada en enero de este año en la revista científica Nature y llevada a cabo por expertos en psicología de las Universidades de California y Princeton, repasa algunas de las características más populares de un ego inflado como es la arrogancia, la condescendencia, la falta de humildad, ser demasiado competitivo o necesitar dominar y ganar en las relaciones. En la investigación se explica qué comportamientos pueden minimizar la interacción con un ególatra, como es tener o no tacto a la hora de hacerles una crítica (constructiva, siempre), y poner límites firmes y claros en las interacciones.
Nueva terapia para la depresión postparto, ¿es efectiva?
La zuranolona, un nuevo fármaco para la depresión postparto, mejora los tratamientos disponibles hasta el momento. Se toma durante tan sólo 15 días y actúa desde la primera dosis. La Dra. Alba Roca, psiquiatra del Clínic, explica la importancia de este avance. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) ha aprobado este mes de agosto la zuranolona, con nombre comercial Zurzuvae. El primer medicamento oral indicado para tratar la depresión postparto. La zuranolona es un fármaco que actúa como derivado de la progesterona. Ésta es una hormona que actúa sobre receptores GABA-A y que se ha visto que está implicada en trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. Durante el postparto se produce una caída brusca de los niveles de progesterona, que podría ser el mecanismo por el que algunas mujeres inician sintomatología depresiva. Se han realizado dos ensayos clínicos aleatorizados para comprobar la efectividad de la zuranolona. En ambos estudios se ha encontrado una mejora significativa en la reducción de síntomas depresivos, de ansiedad y de insomnio en las mujeres tratadas con zuranolona respecto a las que habían tomado placebo. Esta mejora se observó a partir de las tres horas después de la administración de la primera dosis y se mantuvo hasta 4 semanas después de la última dosis. Este nuevo fármaco se toma en forma de una píldora de uso diario, durante un período de 14 días. Por el momento, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) no ha aprobado este medicamento. La Dra. Alba Roca, jefe de la Unidad de Salud Mental Perinatal del Hospital Clínic de Barcelona, destaca que “Es una buena noticia disponer de más opciones terapéuticas para el tratamiento de los casos severos de depresión posparto. La zuranolona puede ser una buena candidata ya que ha mejorado los aspectos de coste y administración respecto a la Brexanolona.” Hasta ahora, el tratamiento para la depresión postparto era la brexanolona, que sólo podía administrarse con una inyección intravenosa. Por ello, la brexanolona era una opción mucho más costosa que necesitaba de hospitalización. Además, en Europa no se podía administrar fuera de ensayos clínicos. La depresión postparto es un trastorno muy frecuente y poco diagnosticado. A nivel mundial se estima una prevalencia del 17% de depresión posparto, aunque estas cifras varían. “Tenemos estudios realizados en nuestro país donde una de cada diez mujeres presentaba criterios diagnósticos para un episodio depresivo mayor en el postparto. Esto son cifras muy altas.” explica la Dra. Roca.
¿Por qué podemos sentir cuando alguien nos está mirando fijamente?
Seguramente te ha pasado alguna vez: estás en clase o vas en el bus y, de repente, tienes esa extraña sensación de que alguien te mira. Te giras y descubres que no te equivocas, ¡alguien realmente lo está haciendo! A este fenómeno se le conoce como escopaestesia y ha despertado mucha curiosidad en la neurociencia. Y aunque hay factores neurobiológicos y psicológicos que podrían estar implicados, no existen pruebas científicas sólidas que demuestren que realmente tengamos una habilidad especial para sentir las miradas. El debate científico Rupert Sheldrake, un investigador británico, ha hecho varios experimentos para probar si realmente podemos sentir que nos observan. En sus estudios, las personas parecían acertar más de lo esperado cuando adivinaban si alguien las miraba, lo que le llevó a pensar que podría haber algo especial en esta habilidad. Pero otros científicos, como David Marks y John Colwell, no están de acuerdo. Ellos creen que los resultados de Sheldrake podrían deberse a errores en la organización de sus experimentos. Concretamente, Marks y Colwell descubrieron que en esos ensayos se repetían ciertos patrones: es posible que los participantes se los aprendieran y acertaran más fácilmente cuando les preguntaban si estaban siendo observados. El cerebro siempre está alerta En cualquier caso, uno de los factores que podría explicar esta sensación es que estamos diseñados para estar en constante vigilancia, incluso cuando no prestamos atención de manera consciente. Este sistema de alerta, denominado atención exógena, es la capacidad del cerebro para reaccionar automáticamente a estímulos repentinos o cambios en nuestro entorno. Con su ayuda detectamos lo que ocurre a nuestro alrededor, como los movimientos inesperados o los cambios en la luz. La atención exógena ha sido crucial para la supervivencia de nuestra especie. Imagina que eres un humano primitivo en medio de un bosque. Si no fueras capaz de detectar rápidamente la mirada de un depredador o de otro ser humano, podrías estar en peligro. Aunque hoy en día no tenemos que preocuparnos tanto por los depredadores, seguimos siendo muy buenos captando las pequeñas señales que se producen en el entorno, como el movimiento de los ojos de otra persona. Incluso si no lo notamos de manera consciente, esas señales pueden hacer que nuestro cerebro active la sensación de que nos están observando. El papel de la visión La visión periférica –o sea, lo que vemos fuera del centro de nuestro campo de visión, como los objetos o movimientos que aparecen en los extremos de nuestra vista– es otro factor que podría explicar este fenómeno tan curioso que es la escopaestesia. Aunque no es tan clara como la visión central, es excelente para detectar el movimiento y los cambios en el entorno, lo que significa que nuestro subconsciente podría detectar que alguien nos está mirando. Dicho de otro modo: si alguien a nuestro alrededor está moviendo los ojos o girando su cabeza para mirarnos, nuestra visión periférica podría captar ese pequeño movimiento, aunque no seamos completamente conscientes de ello. Y a su vez, esto podría hacer que nuestro cerebro nos alerte de que alguien nos observa. Las neuronas espejo El cerebro humano también tiene una increíble capacidad para entender las acciones y las emociones de otras personas. Esto es posible gracias a unos circuitos cerebrales en los que participan las neuronas espejo, que se activan cuando realizamos una acción o cuando vemos a alguien hacer lo mismo y, sin hablar con ella, entendemos lo que está haciendo. Estas neuronas están muy involucradas en la empatía y en la interpretación de las intenciones de los demás. Podría ser que, en determinadas situaciones sociales, las neuronas espejo nos ayudaran a detectar si alguien nos está observando, ya que sirven para sentir o comprender las intenciones de otras personas de una manera casi automática. Así, cuando alguien fija su mirada en nosotros, nuestro cerebro podría estar procesando esa información, incluso sin que lo sepamos de manera consciente. Somos el ombligo del mundo A veces pensamos que todo el mundo está pendiente de lo que hacemos y si lo hacemos bien o mal. O somos tan egocéntricos que nos consideramos el ombligo del mundo. Este fenómeno se conoce como el efecto spotlight. Cuando estamos en situaciones nuevas o incómodas, tendemos a pensar que los demás se están fijando en nosotros más de lo que realmente lo hacen. Por ejemplo, si llegas tarde a clase, es probable que sientas que todos te están mirando, aunque la mayoría de tus compañeros ni se hayan dado cuenta de tu entrada. ¿Juega nuestra mente con nosotros? Otra posible explicación psicológica es el sesgo de confirmación. Este fenómeno ocurre cuando buscamos, interpretamos o recordamos información que confirma lo que ya creemos. Es decir, que tendemos a creer lo que queremos creer. Si piensas que alguien te está mirando, es probable que prestes más atención a cualquier pequeño movimiento o gesto que lo confirme. Además, si alguna vez has tenido la experiencia de sentir que alguien posaba su atención sobre ti y después has descubierto que era cierto, puedes haber condicionado tu cerebro a que tenga la misma sensación en situaciones similares. Y es aquí cuando nuestra mente nos juega una mala pasada, haciéndonos sentir que somos observados cuando en realidad no es así. La paranoia ya es algo más serio En casos más extremos, la sensación de recibir miradas ajenas puede estar relacionada con una leve paranoia, especialmente en quienes sufren de ansiedad o se sienten inseguros en situaciones sociales. Estas personas pueden interpretar cualquier pequeño gesto como una señal de que están siendo juzgadas o vigiladas, lo que refuerza la sensación de ser observadas. Pero tranqui, que sentir que alguien te mira no necesariamente significa que estés paranoico. Por todo lo que hemos explicado antes, la escopaestesia es una experiencia común y, en la mayoría de los casos, simplemente ocurre porque nuestro cerebro está haciendo su trabajo de mantenernos atentos y en alerta.
Los psicólogos dan el salto al mundo digital
«El ámbito de la terapia en línea ha visto un crecimiento impresionante. Esto es gracias, en gran medida, a que tanto los terapeutas como los pacientes se sienten muy a gusto con nuestra plataforma. Nos consideran un aliado fácil de usar y muy completo, con el que, además, ya están ampliamente familiarizados.» No obstante, hay ciertos sectores, como el de la telepsicología, donde es necesario desarrollar herramientas específicas que brinden garantías adicionales. Este es el objetivo de TherapyChat, una compañía cuya tecnología no solo ofrece funcionalidades clave para llevar a cabo un proceso terapéutico de calidad en línea, sino que va más allá. Además de posibilitar videosesiones y mantener un chat encriptado con cada paciente, así como consultar historiales y gestionar la agenda personal, esta plataforma permite a los profesionales recibir y aceptar nuevos pacientes directamente a través de ella. Fundada en 2016, TherapyChat fue la primera empresa en adherirse al Código de Buenas Prácticas de Telepsicología del Colegio Oficial de Psicología de Madrid. Este acuerdo, establecido en 2018, ha sido renovado recientemente en 2022. A partir de este mes de octubre, coincidiendo con su sexto aniversario, hay una gran novedad: TherapyChat ofrecerá a los profesionales que trabajan a través de la plataforma una nueva modalidad de uso. Ahora, los psicólogos podrán beneficiarse de la herramienta también con aquellos pacientes de su cartera que no hayan solicitado sus servicios mediante la aplicación.